26 enero 2018

#BEERNES 55 - DOMINGO POR LA TARDE



El domingo por la tarde es una enfermedad como otra cualquiera. Llegará el día en que curemos el cáncer como ya curamos con anterioridad la peste o las fiebres tifoideas, pero jamás lograremos dar con el remedio del domingo por la tarde. Mira que lo han intentado los inventores del cine y antes los descubridores de los paseos por el parque, del Trivial Pursuit o del café americano en una terraza. Nada.
El domingo por la tarde se agarra al pecho, dificulta la respiración y nubla la conciencia, a la vez que provoca la segregación de humores que nada tienen que ver con el buen humor.
Hay quien trata de automedicarse a través del convencimiento de que el domingo por la tarde no es más que la prolongación del esplendoroso domingo por la mañana cuando, en realidad, no es sino la antesala del lunes, que es mucho peor todavía.
Los hipocondríacos, los domingos por la tarde, nos armamos de razón y afirmamos aunque nadie nos escuche: “Si ya lo decía yo…”

4 comentarios:

Juan L. Trujillo dijo...

La mejor solución: una siesta larga. Aunque cuando despiertes... el lunes siga estando a allí.
Un abrazo.

Más claro, agua dijo...

Ay... :-)

d:D´ dijo...

Es paradójico, pero con anularlo del calendario se "haría puente"
O bien nombrándolo de manera diferente, con un eufemismo tal y cómo son dados los del Pp a variar nombres...Sería un día en diferido
Así, el tema quedaría, un día menos en la semana qué trabajar (no se elimina el descanso). A la que llamaría sexmana o hemana (no confundir con ciertos familiares femeninos o alguna sordera

Fin de semana: Jueves, viernes, sábado
Semana laboral: Lunes, martes, miércoles

Un equilibrio completo: 3 de descanso= 3 de ocio

Y pasaríamos al descanso trinical, por el de dominical (de domus)

En fin; muerto el perro, muerta la rabia

Más claro, agua dijo...

Yo te voto presidente ya :-)