30 diciembre 2009

El espíritu de la Navidad también está en los bares


La pasada Nochebuena, mi cuñado y yo (el burro delante para que no se espante)*, protagonizamos una situación acorde con estas fechas tan entrañables (entendiendo “entrañables” como “que se te revuelven hasta las entrañas”)…

Fue justo después de cenar, a la hora en la que las familias, no encontrando sobre la mesa más vino tinto que echarse al gañote, se intercambian sus regalos a la espera de que el anfitrión vaya sacando el cava del frigorífico. Él me obsequió con un indescriptible pasador de corbata adornado con el escudo heráldico de su familia…

Pasando por alto el detalle de que yo no uso corbatas, el “objeto” en sí podría fácilmente haber obtenido el segundo puesto en el Campeonato del Mundo de Objetos Inútiles. El primero, indiscutiblemente, sería para mi cuñado.

Yo, en cambio, tuve el buen gusto de regalarle a él un elegante traje de Papá Noel… A pesar del calor que desprendía la chimenea, él insistió en ponérselo encima de toda su ropa… Tan sólo tuve que esperar a que se cepillara él solito dos botellas de cava para anudarle a la cintura una soga bien gorda y colgarlo del balcón…

Allí se quedó mi cuñado desde esa noche… Pero ayer por la tarde, mientras daba cumplida cuenta de unos cubatas con mis amigos en el bar de abajo, apareció una pareja de policías municipales preguntando si el “papanoé” que colgaba del balcón del tercero era de alguno de nosotros, que tenía puesta una denuncia…

“¿De la Protectora de Animales?”, pregunté…
“Negativo”, contestaron al unísono de manera muy profesional.
“¿De la oenegé Cuñados sin Escrúpulos?”, insistí…
“Negativo. De los vecinos del bloque, que se quejan del ruido que hace el puto muñeco con sus alaridos”…
“Esperen un momento”…

Subí a casa, le metí un chupete en la boca, lo fijé con cinta adhesiva y volví a la barra del bar.

“¿Así está bien?”…
“Correcto”, volvieron a contestar al unísono.

Y aceptaron tomarse una copita de chinchón con nosotros a pesar de estar de servicio.

“Porque es Navidad, ¿eh?...”

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*Este chiste es de Miguel Baquero. No es plagio, sino homenaje...

8 comentarios:

Toñi Sempere dijo...

Los cuñados tienen también su cierta ternura...
Yo tengo uno que se empeño en empotrar el microondas en los armarios de la cocina , y una mañana que la mujer bajó a la playa, serró la puerta de un armario y lo empotró.
Pero no se conformó con eso... siguió con el empeño de tunear su coche y casi consigue empotrar en el salpicadero del coche una bonita estantería para guardar los "cedeles"
Y continua con sus "pinitos" con el bricolaje...

Anónimo dijo...

El espíritu de la Navidad está en los cuñados. Sin cuñados la Navidad no existiría. Deberían de haber cuñados de alquiler en estas fechas, porque el que no tenga un cuñado en su vida no sabe nada de la Navidad. Te propongo que clones a tu cuñado y tendremos espíritu navideño pa dar y tomar. La loli. un beso de cuñada.

ana dijo...

Pues con la que está cayendo, cuando vayas a recogerlo vas a tener que exprimirlo y todo.... aunque supongo que lo de descolgarlo del balcón no entra mucho en tus planes, no????

Besines :)

Más claro, agua dijo...

Toñi, está claro que los cuñados los carga el diablo... ;-)

Cuñada, te propongo que te lleves al hostal a mi cuñado una temporadita y luego me cuentas... ;-)

Ana, pues va a ser que no, efectivamente... :-DDD

Anónimo dijo...

Pobre cuñado, colgado como un salchichón con el frío que hace....

Por lo menos le darás un trago de aguardiente de vez en cuando ¿no?

Angelito....

Más claro, agua dijo...

Oyana, salchichón no es la palabra exacta. Dado que me roba todo el ron que puede, yo lo calificaría directamente de "chorizo"... Y no, no pienso darle, encima, aguardiente... ;-)

Anónimo dijo...

Esos dos policías... no serían los dos de la siesta?, lo digo por lo del Chinchón...

En Navidad, ya lo dice El Corte Inglés, todo es posible¡

Más claro, agua dijo...

Los pasos, si fueran ellos se acababan los delitos. Hasta los delincuentes sentirían compasión... :-)