27 marzo 2006

Una hora, más o menos

Ayer adelantamos la hora. Casi todos, porque alguno que otro, con la excusa, ha llegado una hora tarde a trabajar… Yo lo entiendo, hombre, que es que si usted habitualmente se levanta a las siete de la mañana, hoy era como si fuesen las seis, justo la hora en que su hijo vuelve a casa. Seguro que han coincidido por el pasillo…

La mayoría piensa, erróneamente, que nos han quitado una hora de sueño. Pero no, porque ¿quién es tan masoca de ponerse el despertador un domingo?. Vale, sí, los curas para la misa de diez, pero fuera de ahí… Yo he dormido todo lo que he querido y, cuando me he despertado, he cambiado la hora. Lo que me han quitado es la hora del vermú….

Y claro, a las dos de la tarde ya eran las tres, la hora de la paella. Y tu cuñado diciendo “pues yo, con esto del cambio de hora, como que no tengo hambre todavía”. Pero luego tenías que verle rascando con la cuchara el socarrat: con un ansia que parecía que estaba haciendo un túnel para fugarse de la cárcel…

Y mucho lío con el cambio de hora, que si son las dos, no, la una, pero la una de antes, como en Canarias, pero, oye, nadie ha llegado tarde al fútbol. A las cinco, todo el mundo como un clavo en su asiento encendiendo el puro. La liga y el puro: somos animales de costumbres… O un anuncio de promoción de Sara Montiel cuando actuaba en los cabarets, allá por Atapuerca, hora más, hora menos…

En esas estábamos cuando nuestro equipo ganaba uno a cero, pero el contrario se acercaba peligrosamente al área repetidas veces, a punto de empatarnos, y el reloj que no avanzaba… Y todo el Fondo Sur gritando “¡Árbitro, la hora, la hora!”. Y el árbitro “¡joé que sí, que ya la he adelantado esta mañana, leches, vamos a estar a lo que estamos, que tengo que pitar el final!”.

Entre una cosa y otra, a las diez de la noche, las nueve de antes, ya estábamos roncando en el sofá delante de la televisión, como un domingo cualquiera. Y es que, al final, esto de adelantar la hora no es tan grave. Es mucho peor en octubre, cuando tenemos que atrasarla. Ahí sí que lo notamos más y hasta los relojes se quedan aplatanados, como los de Dalí. Y es que a nadie nos gusta hacer horas extra…

23 marzo 2006

Alto el fuego


Qué eficacia. Ha sido salir los de ETA declarando un alto el fuego permanente y han dado por terminadas de inmediato las fallas… Los valencianos, que son muy obedientes. Aunque se han quedado un poco preocupados con lo del término “permanente”. “¿Significa eso que el año que viene ya no tendremos fiestas?”. Y, añaden, “¿no podríamos declarar una tregua al alto el fuego?. Al menos para poder quemar los ninots… Es que si no, se nos acumulan por todas las calles y va a haber que cambiar el nombre de la ciudad: en vez de Valencia, Cortylandia…”

La Ministra de Sanidad también está un poco enfadada porque dice que la exclusiva es suya, que el primer alto el fuego lo proclamó ella el 1 de enero con la Ley Antitabaco. Y ha añadido que lo más recomendable para dejar de fumar son los parches pequeños que se ponen en el brazo, que los grandes parecen pasamontañas…

También han reivindicado para sí la exclusiva los antiguos responsables de ICONA, y para demostrarlo han sacado carteles de las campañas “Todos contra el fuego”. Mientras tanto, los bomberos de toda España están asistiendo a cursos intensivos de baile porque, a este paso, sólo van a tener futuro como boys en despedidas de soltera.

Por su parte, Jacques Chirac ha celebrado que en el comunicado de la banda armada se haya incluido una mención expresa a Francia. “A ver si así podemos volver a sacar los coches del garaje, que se nos están apolillando”.

Por último, Pau Gasol, que vive en Estados Unidos y se ha enterado de la noticia a medias, ha declarado que para alto él, que trabaja en la NBA.

En fin, que al alto el fuego le deseamos lo mismo que a cualquier recién nacido: que, alto o bajo, crezca con salud y que sea por muchos años. Y, como decía Serrat: “Vamos subiendo la cuesta, que arriba mi calle se vistió de fiesta”.

20 marzo 2006

Concentraciones



Van rapados al cero, hacen música, viven en Castefa y no son el club de fans de El Neng. Son los monjes budistas de Castelldefels, que han logrado situar su disco de mantras y rituales recitados en el número uno de todas las listas de venta, incluido el top manta, que en este caso se llama top mantra (“¿Tienes ya tu túnica naranja?”, va diciendo por ahí Matías Prat). Canciones como “Mi espíritu vuela hacia ti”, “Quiero volar”, “Ríos de luz” y “Ojos místicos” ya se escuchan en todas las emisoras.

También se ha sabido este fin de semana que la ciudad de Zaragoza será la sede de la Secretaría de la Década del Agua de la ONU a partir de 2007. Por su parte, la ciudad de Granada ostentará la sede del Calimocho, tras su apabullante triunfo de asistencia en la celebración del macrobotellón del pasado viernes. Más de veinte mil personas, según la policía municipal, y cuarenta mil según los organizadores, que ya veían doble a la hora del recuento. Canciones como “Mi espíritu vuela hacia ti”, “Quiero volar”, “Ríos de luz” y “Ojos místicos” podrían ser la banda sonora de la convocatoria.

Tanto unos (los budistas) como otros (los calimochistas) han declarado que su éxito radica en estar “concentrados”. Ambos son también conocidos porque lo único que sale de sus bocas es el famoso “ooooooommmmmm”, que en unos casos forma parte de la oración y en otros quiere decir “pásame la botella, tío, que la estás calentando”.

Los budistas utilizan el poder de la mente mientras que los calimochistas, como son estudiantes, la mente la reservan para los exámenes de septiembre y prefieren usar el sms del móvil, que es más fiable: “ooooommmmm. Pásalo”.

En todo caso, si usted quiere asistir a alguna de estas concentraciones, le recomiendo que se haga del Real Madrid, que es un compendio de las dos anteriores: van todos vestidos igual, muchos de ellos van rapados, nunca faltan las bebidas alcohólicas en sus salidas nocturnas y si alguien les pregunta por la marcha del equipo, todos contestan: “ooooommmmm…”

14 marzo 2006

Día del Árbitro


Este pasado domingo se ha celebrado en todos los campos de fútbol de primera división el Día del Árbitro. Dicen las malas lenguas, repito, las malas lenguas, que es porque el próximo día 19 no podrán celebrar el Día del Padre (como no lo conocen…). Los mismos han sugerido llamarlo el “Día de la Madre… que los parió”.

La celebración consistía en que los jugadores de los dos equipos le hicieran ‘pasillo’ al árbitro a la salida al campo y todos aguantaran las ganas de darle unas collejas cuando pasara a su lado. Los árbitros, envalentonados por la celebración, y vaya usted a saber si por los ríos de cava que se habrían bebido antes, señalaron el doble de penaltis que en cualquier otra jornada y expulsaron también a más del doble de jugadores. Tuvieron que hacer fotocopias en color de las tarjetas porque se les gastaban enseguida. “Aquí el protagonista soy yo”, decía uno, “así que tú a la calle”. Un poco más y celebran su día como la onomástica de Onán: en solitario…

Los árbitros estuvieron acompañados, en los prolegómenos del partido, por niños vestidos como ellos oficiando la ceremonia del sorteo de campos y el saque de honor. Pobres niños. A mi generación sólo nos castigaban sin postre o sin ver la televisión…

¿Y los linieres? ¿Para cuándo el Día del Linier? Estos sí que sufren. Todo el día pegados a la banda, como un latin king cualquiera, y haciendo gestos ostentosos con un ridículo banderín de colores chillones, como si estuvieran aparcando un avión o anunciando la nueva colección de pañuelos de Agatha Ruiz de la Prada. Y lo estirados que se quedan cada vez que pitan un fuera de juego. Yo creo que levantan tanto el banderín para que quede claro que no se les ha metido por el…

En definitiva, está muy bien esto de celebrar el Día del Árbitro. Seguro que el Corte Inglés ya tiene pensado algo para el año que viene: silbatos con politonos, agendas electrónicas para sustituir a esas libretillas tan cutres que sacan para apuntar las tarjetas, camisetas de Jordi Labanda para sus linieres (la-banda, ¿lo pillan?) y ofertas de vacaciones entre semana para esos días en los que prefieres que no te vea nadie… Ya sólo falta que inventen el Día del Jefe Sin Escrúpulos, el Día del Coche en Doble Fila, el Día Sin Cambios Para Tabaco y el Día del Euribor Disparado para completar una Semana Fantástica de los Horrores en la que el suicidio se convierta en la única salida honrosa.

13 marzo 2006

Suplementos y coleccionables

El diario El Mundo ha estrenado este fin de semana un nuevo suplemento dedicado al medio ambiente. El País, para hacerle la competencia, ya tiene pensado sacar el suyo sobre el otro medio. No está mal. A ver si así consiguen concienciar al personal y la gente empieza a hablar de algo más que de la sequía… goleadora de Ronaldo.

Y es que la gente piensa que ahorrar agua es pasarse al vino en las comidas. Y confunden la capa de ozono con la capa de Ozores o con la que usa Ramón García para dar las campanadas en Nochevieja. No saben distinguir el efecto invernadero del efecto Axe y están convencidos de que el cambio climático es bajar a veintiún grados el aire acondicionado del coche.

Los que sí que tienen más éxito son los coleccionables de cocina. Entre estos y los innumerables programas culinarios que hay en televisión, la gente se cree Ferrán Adriá. Y lo que de toda la vida era sacar dos huevos del frigorífico para hacer una simple tortilla francesa, ahora le llaman “presentar los ingredientes”. ¿Qué pasa, que no se conocen entre ellos? Pero si vienen en la misma huevera… Y echar la tortilla al plato desde la sartén, ahora es “emplatar”. Salvo si te ha quedado poco jugosa, que entonces es "emplastar". Un amigo mío, que antes ni se arremangaba para cocinar, ahora usa hasta bata blanca.

“¿Por qué vas disfrazado de médico, tío?”
“No voy de médico, voy de chef”
“¿Y ese fonendoscopio?”
“Es un walkman para ir siguiendo las instrucciones de las recetas sobre la marcha…”
“¡Manda ingredientes!”

El País regalaba ayer un libro sobre el arroz. Era el primero de una nueva colección que irá sacando todas las semanas. Tú recortas el cupón del periódico, pagas una cantidad de dinero X y te dan el libro. Pero ten cuidado no confundas el cupón, porque también está en venta una colección de cd’s de música de Mozart. Y, por si no tuvieras bastante, la semana que viene te darán una cartilla donde pegar cupones para conseguir un teléfono móvil. La ONCE ya ha reivindicado que, si los periódicos se van a dedicar al negocio del cupón, al menos que los kioskeros sean ciegos, como toda la vida.

Ya puestos, yo preferiría que la música de Mozart o las recetas con arroz fueran en portada y en grandes titulares y que las noticias sobre el Estatut, la guerra de Irak y la liga de fútbol, un poner, se adquiriesen a través de cupones a gusto del consumidor. Así podríamos leer lo que nos saliera de los… cupones.

07 marzo 2006

¿Hay futuro?

El Partido Popular acaba de celebrar este pasado fin de semana su última Convención. La Convención se llama así porque es una reunión a la que sólo van los convencidos. Y, por lo visto, de lo que están convencidos es de que los socialistas no lo están haciendo tan mal. Así lo manifiestan en su lema: “Hay futuro”.

Por su parte, el lema elegido para las nuevas Generaciones ha sido el de “No te muerdas la lengua”, aunque hasta el último momento también se barajaron el de “No te pilles los dedos con la puerta” y el de “No metas los dedos en el enchufe si no quieres parecerte a la Tocino cuando se le acaba la laca”. Con esta juventud a la que hay recordarle cosas tan básicas, ¿realmente hay futuro?.

Y como las Nuevas Generaciones estaban pendientes de todas estas recomendaciones, la parte juvenil y dinámica para animar el evento se la encargaron a Miguel Angel Tobías. Este buen hombre era el presentador del programa de José Luis Moreno “Noche de fiesta”. Casi ná. El joven Tobías ha pasado de anunciar la actuación de Monchito o Rockefeller a presentar la intervención de Acebes o Martínez Pujalte (¡Toma, Zapatero!). Que sigue haciendo lo mismo, vamos. Afortunadamente para todos, no se mordió la lengua ni se pilló los dedos con una puerta. Que ya es algo.

La Convención del PP coincidió con la entrega de los premios cinematográficos de Hollywood, y como las Nuevas Generaciones seguían pendientes de no morderse la lengua, para seguir animando el evento los organizadores decidieron entregar sus particulares premios Oscar: los “Josemaris”. Esta es la relación de galardonados:

“Brokeback mountain”: a Acebes y Zaplana, por razones obvias. Aunque a última hora ganó muchos enteros la foto de Rajoy y Aznar sentados en el suelo.
“Capote”: a Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre, por salir de una plaza de toros en helicóptero.
“Crash”: a los mismos, tres minutos más tarde.
“Buenas noches, y buena suerte”: a Alfredo Urdaci, porque aunque se hubiera empeñado en ponerse las corbatas de Carrascal, siempre recordaremos sus telediarios en blanco y negro, como el NODO.
“El jardinero fiel”: a Josep Piqué, porque, a pesar de estar convencido de que está rodeado de capullos, no abandona el partido por nada del mundo.
“En la cuerda floja”: al mismo, porque todos en su partido piensan que es un capullo y no hacen más que reclamar otro candidato para Cataluña.
“Memorias de una geisha”: a José María Aznar, por su galopante amnesia. Se empeña en afirmar que él nunca negoció con los terroristas, que en esa época estaba muy liado organizando la boda de su hija en una humilde ermita de la sierra madrileña.
“El viaje del emperador”: a Manuel Fraga Iribarne, por su triunfal regreso desde Galicia, con sus peculiares andares, al escenario político de la Villa y Corte en loor de multitudes (una estimación aproximada de más de veinte personas por metro cuadrado, según fuentes de la organización).

A la vista de todo esto, y si esta es nuestra alternativa de Gobierno, sólo nos quedan por hacer dos cosas: convencer a un creyente para que entone por nosotros el “virgencita, que me quede como estoy” y adoptar como lema un convencido “¡Ay, futuro!”.

03 marzo 2006

Kelifinder puntocom

Kelifinder puntocom no es el nombre que le hayan puesto a su hijo unos padres desaprensivos del medio rural mexicano. No. Se trata de una página web financiada por el Ministerio de la Vivienda para que los jóvenes españoles puedan tener un acceso más fácil a la ídem. “Kelifinder, el mayor buscador de pisos del tamaño de un huevo Kinder”.

Y para animarte en la búsqueda, te regalan unas zapatillas deportivas. Es lo más lógico: para los sin-techo, zapatillas. Si al menos fuera una gorra… Deportiva, eso sí, que lo importante es participar… Y si lo que pretenden es que los jóvenes se echen a la calle para encontrar piso, ¿para qué sirve la página web?, ¿por qué no regalan un ordenador portátil para poder ir consultando las ofertas disponibles mientras vas en el Metro?

Por otro lado, ¿la página web tiene instalado un antivirus o un anticaseros? Porque para los virus hay vacunas, pero para los caseros… Un casero es una persona, siendo generosos con la acepción de la palabra “persona”, que te da permiso para que hagas las reformas necesarias en su antigua vivienda mientras le pagas una fortuna cada primero de mes. Al alquiler lo suelen llamar el Etoó, porque es carísimo y va siempre en negro… No esperes que el casero te dé una factura. Si acaso, las gracias, y siempre de palabra. El único papel que admiten es el que lleva impreso el símbolo del euro.

Y siguiendo con la página web de marras: con el fin de abarcar el máximo de oportunidades posibles, ¿tendrá un enlace al concurso “La casa de tu vida”?, ¿formará la ministra del ramo parte del jurado? Si el concursante no se quita las zapatillas Kelifinder ni para ducharse, punto positivo. Si las utiliza como arma arrojadiza contra otro compañero, punto de share. Y si luego lo cuenta en un blog, punto com.

De lo que no cabe ninguna duda es de que la ministra, creando esta página web, vive en un mundo virtual, muy alejada del mundo real, donde las zapatillas sólo sirven para ilustrar la portada del último disco de un grupo de moda. Para encontrar vivienda sigue siendo más útil el Don Piso, colarse en el apartamento, de por sí ya saturado, de unos colegas o convencer a tus padres de que ya son lo bastante mayores como para irse de casa.