15 septiembre 2005

La vuelta al cole

Un año más, las insistentes amenazas propagadas por el Corte Inglés desde mediados de agosto se han cumplido. La vuelta al cole ya es un hecho. Un hecho que, para muchos padres, resulta la Semana Fantástica. Ya se ven por las calles a grupos de niños presumiendo de mochila y con ganas de que vuelva a ser fiesta. Vamos, como Pocholo en Ibiza pero con evaluaciones trimestrales. No obstante, el tema de las mochilas está empezando a caer en desuso y éstas son sustituidas por unas abultadas maletas con ruedas que parece que a los niños directamente les han echado de casa. Éstos, superadas las primeras lágrimas por haber dejado en casa lo que más querían, o sea, la PlayStation, se vengan de sus padres en el patio del colegio con las siguientes conversaciones:

“¿Y tú, cómo lo has pasado, bien o en familia? Peor imposible: en familia y en Benidorm. Un día me perdí en la playa, me llevaron a la Cruz Roja y aquello parecía Disneyland París el día del espectador de la cantidad de niños que estábamos allí esperando a que nuestros padres nos echaran en falta. A mí concretamente me recogieron a los cuatro días, pero había otros niños que tenían ya su propia habitación reservada de un año para otro. ¿Y tú, qué has hecho? ¿Yo?, pues Vacaciones Santillana, Santillana del Mar, concretamente, en casa de mis abuelos, una casa sin televisión y donde el cuarto de baño es un agujero en la cuadra. Al menos, he podido aprovechar el tiempo para leer todos los libros que tenía pendientes y he meditado sobre mi vida. ¿Y has llegado a alguna conclusión?. Bueno, en primer lugar, he decidido dejar de fumar antes de la primera evaluación… Y voy a cortar con Sarita, lo nuestro no tiene sentido mientras se empeñe en seguir viviendo con sus padres…”

Los padres, por su parte, es ahora cuando empiezan a descansar. El síndrome post-vacacional desaparece en cuanto dejas al crío en la parada del autobús a las ocho de la mañana y tienes por delante todo un día para no hacer absolutamente nada delante del ordenador. Además, puedes volver a recurrir a las típicas excusas de siempre (mucho trabajo, reunión de última hora, etc.) para no ir a casa a cenar y quedarte con tus verdaderos amigos a tomar unas cañas, no como en Benidorm, cuando el plasta de la toalla de al lado, el mismo de todos los años, se empeñaba en llevarte al chiringuito a tomar algo.

A pesar de sus ventajas, para vuelta yo prefiero la Vuelta Ciclista, que entre que te pones y llegas tardas tres semanas y te has visto toda España.

1 comentario:

d:D´ dijo...

Ya de vuelta...y media, nada cómo el cole...arriba o abajo para descanso de progenitores.

Un reflán oriental dice:

"Lata que cole al cole más que niño es más sabia"

En fin, ya sabes, ese oriente peninsular que tanta huella vacacional deja.
[Lo del retrete de Santillana me ha llegado al fondo de mí...] :))´